lunes, 12 de julio de 2010

Invictus


En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere,
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias,
no he gemido ni llorado,
ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos,
acecha la oscuridad con su horror,
no obstante la amenaza de los años me halla,
y me hallará sin temor.
Ya no importa cuan recto ha sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.


(William Ernest Henley)INVICTUS.

_No todo el mundo puede decir eso cuando haga balance de su vida, que ha mantenido siempre la dignidad y que al menos ha tratado de dominar los miedos, que es el dueño de su destino, sea el que sea, y el capitán de su alma, sin recurrir a inexistentes, u ocultos, diositos animadores y salvadores

1 comentario:

  1. En el fondo todos sabemos las respuestas, solo que unos pocos deciden llevar las riendas de su carruaje, y otros muchos, eligen que tiren de ellos por otro camino...

    No es nada fácil para aquellos que dejamos ese camino, pero como bien dices, al menos lo intentamos…

    Muy buen post,

    Bsos

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